martes, 29 de noviembre de 2005

Vuelta de sábado a la caseta de Iguala

La reseña de la vuelta sabatina es breve, pero mucho vale la pena simplemente por recordar las curvas antes de Iguala y el rissotto con camarones.

Nos encontramos como se acordó en el segundo semáforo al inicio de la libre a Cuerna, frente al Banamex, donde veinte minutos antes de la cita a las 8am estaba ya esperando Lalo cuando llegamos Sandy y yo, también diez minutos antes de la cita.

Disculpándose par la tardanza el flamígeno de la veloz GS llegó cinco minutos tarde y Manuel otros cinco. Todo esto porque durante el fin se comentó sobre la puntualidad con que suele cumplirse para las salidas moteras, distinta a cualquier otro compromiso sea de trabajo u otro, tras de noches con poco sueño y los días precedentes dedicados a todos los detalles que a cada uno parecen necesarios e imprescindibles.

Por mi parte tengo las maletas ya listas y preparadas permanentemente, pero es verdad que algo encuentro que debe prepararse siempre. En el extremo opuesto, la Katy es sujeta de grandes y detallados preparativos. Sigo pensando que esa primera carretera es de lo mejor en muchas de las salidas que hacemos. Verdes pastos y bosques, curvas maravillosas y excelente asfalto. Llegando a Cuerna dejamos las llaves para Chabela y pasamos a un relajado y nutrido desayuno. Claramente esta fue una muy pausada salidita sabatina, pero cuando uno la repasa, puede ser buen modelo de las que pueden estar intercaladas entre otras más largas y ambiciosas.

El monotema dejó paso ocasionalmente a otros, antes de salir hacia Iguala, tomando la libre solamente un tramo hasta justo antes de Taxco y la bifurcación de la de cuota a Iguala, misma que tomamos hasta la caseta, regresando luego de hidratación con Yolis y sin pasarla. Ese fue el punto alto de toda la jornada, con unas curvas maravillosas en las que se definió la velocidad MT=0.67 Rank. Definitivamente la Katy es una belleza, pero al parecer tiene muy marcada vocación de monja que se distingue en el 55MPH indicado en rojo y el cinturón de castidad de 140kph. Como suele sucederles, es sí una desbocada loca en el arrancón.

Cada cual su encanto. Olvidemos el paisaje, el asunto es la carretera, las curvas perfectamente trazadas y diseñadas para tomarlas sin apenas variar de velocidad, concentrándose en el trazado y la fluidez, con el ocasional obstáculo a la distancia como elemento de interés adicional, para lograr esa suave transición entre un costado y el otro. Holgados los brazos, con un fino control del que deben despojarse tensiones, para un más preciso manejo en el nirvana de la sutil integración de la intención y el movimiento.

Toda la jornada se resumió en este desenlace del calentamiento previo en la libre a Cuerna antes de pasar a la preparación de la cena con la cual cerramos, ya en compañía de Chabela y Mateo. Desde la colaboración financiera hasta el apoyo en la cocina, el rissotto a cargo del chef de planta fue una actividad conjunta en todo momento. Unos grandes camarones además de pelados fueron circuncidados y sujetos a liposucción individualmente. Las espinacas de primera calidad fueron el tema central de la ensalada y la conversación pocas veces desvió del monotema acostumbrado, para terminar al agotarse todas las botellas disponibles retirándose todos a descansar, unos colgados de una hamaca entre dos árboles, otro en su saco de dormir y otros más civilizadamente en sus aposentos. Y ahora: ¿Cual es la próxima salida?

2021-02 R1200RT Y se quemó el alternador...

 Pues resulta que regresando del último paseo, el indicador de batería se prendió en amarillo y al rato en rojo. Sin hacer mucho las pruebas...