miércoles, 7 de abril de 2010

Vuelta de semana santa a la Huasteca de San Luis Potosí



Aunque teníamos idea de salir una o dos horas antes del amanecer, nos fuimos justo al amanecer el domingo 28 de marzo por periférico y la salida a Querétaro, donde nos topamos con una interminable fila de ciclistas que en realidad sí terminó, casi a medio camino de Querétaro. Me pregunto a qué hora habrán salido los primeros. Era agradable ver el paisaje y a los compañeros ciclistas y su larga procesión. El clima fresco de la mañana y el poco tráfico fueron un excelente comienzo para esta vuelta a la Huasteca.

Traíamos todo listo en las maletas, incluida la famosa tarjeta IAVE para las casetas que no funcionaba en ninguna, hasta la última antes de San Miguel de Allende. Luego descubrimos que es necesario acercarla al máximo al sensor. Tal vez por ser moto. Al parecer Sandy tendrá que pararse en mis hombros para que funcione.

San Miguel estaba super bonito y la pasamos entre visitas a galerías, parque y tiendas de ropa y zapatos, quedándonos en un Hostel para salir al otro día hacia San Luis Potosí donde visitamos museos, especialmente el de arte moderno y encontramos un motelito muy cómodo, estilo árabe donde vimos una excelente película inglesa que traíamos.

El camino a Rioverde mejoró, con más curvas y paisajes, pero fue después, ya hacia Tamasopo que las carreteras empezaron realmente a serpentear. Todo con buenas superficies. Acampamos junto al río en nuestra hamaca y luego de una velada de plática entre campistas fuimos a la cascada El Tamul donde en lugar de tomar la carretera asfaltada hacia el pié de la cascada, por error bajamos la larguísima terracería que llega a la parte alta. Afortunadamente sin ninguna caída, llegamos y resultó bien, porque el río y caminata a la cascada ahí son super bonitos.

Ciudad Valles nada nos ofreció sino calor y dificultades para encontrar donde quedarnos. Solamente después descubrimos que la carretera a la parte baja de El Tamul lleva todo asfaltado a Aquismón por vía muchísimo más corta.

En Aquismón encontramos una posada con vistas excelentes y personas muy agradables y de ahí visitamos Tancanhuitz y el Sótano de Golondrinas, al cual llegamos con aventón de una camioneta porque ya no quisimos pasar el kilómetro de terracería que corta el asfalto en el tramo al sótano. Sin embargo, esa carretera y sentarse a ver los perícos, paisaje y vistas es tal vez mejor incluso que ir al sótano. Ahí vimos grandes pericos verdes volando y en el sótano unos cuantos pequeños y demasiado turismo.

Regresamos por la increible carretera serpenteante que lleva a Jacala y Zimapán. Esos paisajes bastan para que valga la pena esta excelente vuelta que sumó 1,500 km y que terminamos con descanso antes de Ixmiquilpan y desayuno ahí, para regresar a los embotellamientos de la entrada de Pachuca y el tráfico.

2021-02 R1200RT Y se quemó el alternador...

 Pues resulta que regresando del último paseo, el indicador de batería se prendió en amarillo y al rato en rojo. Sin hacer mucho las pruebas...