domingo, 14 de mayo de 2006

Cabalgata y Exploración de La Cofradía del Hormigón

Cabalgata y Exploración de La Cofradía del Hormigón
por las comarcas de Ixtapan y Tenancingo


Reunidos al alba en la explanada punto de encuentro acordado, el caballero Juan el Catalán, Rolando el Rabioso, la bella damisela Sandra vestida de finas telas de Flan.. del tianguis de la 201 y finalmente el capitán Eduardo del Valle y Amores esperaron la llegada del último corcel.
Nunca llegó.

Luego de esperar hora y media o dos que en realidad fue solamente media, pero pareció mucho más la llegada del celebre Velocirraptor, partimos hacia el sur, por un bosque fresco y verde que comienza a cobrar su anual esplendor de épocas fértiles.

La luz de la mañana inundaba recovecos entre troncos y pastos, rojas alfombras de alfileres de pino y plantas en retoño. Luces, sombras, frescos aromas, verdor y la fría brisa todos juntos agudizan y recompensan los sentidos, haciendo del suave y fluido tránsito entre curvas y obstáculos un nirvana de relajada concentración e impactantes sensaciones. Sin detenernos más allá de un momento, continuamos rodeando Cuauhnáhuac y sus caseríos, para tomar el camino de la realeza hasta la primera caseta de cobros, retomando ahí el de plebeyos y desviándonos luego hacia Ixtapan.

Sin detenernos más allá de un momento, continuamos rodeando Cuauhnáhuac y sus caseríos, para tomar el camino de la realeza hasta la primera caseta de cobros, retomando ahí el de plebeyos y desviándonos luego hacia Ixtapan. Luego de algunas rectas en campos desérticos, comenzó un maravilloso tramo, con un camino serpenteante, entre cerros con el ritmo y forma, además de la superficie exactos para nuestras ávidas y enérgicas monturas. Estando ya entrados e integrados en la muy placentera faena, este seguramente fue el momento cumbre de la jornada y desenlace perfecto de la ruta.

Con 200 km recorridos, ya en Ixtapan ubicamos el restaurante de los soles y todos sin ecepción elegimos el Pakete de Huevos, cada cual con su versión. Aprendimos de las hazañas y experiencias de Juan y debatimos sobre la Wikipedia y la nobleza de su sistema editorial anárquico-democrático.

La ruta federal a Tenancingo fue nuevamente un paisaje esplendoroso y distinto, fértil y de suaves cerros cultivados, con largas curvas paralelas de nuevos brotes de distinto verdor, entre marrones tierras. Luego de transitar el mercado y multitudes de la ciudad, esto dio paso a otro bosque y cadena de paisajes, hasta La Marquesa.

El ritmo de las dos monturas a la cabeza en ese momento se incrementó a Rank-1.7, motivo por el cual nos separamos. Eduardo y Juan tomaron el camino de cuota mientras Sandy y yo paramos en El Zarco, para descansar sobre el pasto, junto a un estanque de truchas parte de un riachuelo muy domesticado bajo los enormes pinos. Cuando comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia, y tomando en consideración la dirección en que viajaban los nubarrones, dejamos en el espejo retrovisor la tormenta y el paseo de 350 km.
A mi modo de ver, el desayuno debió ser terminando el primer bosque, para luego comer truchas en el segundo, incluso con unas tres paradas intermedias para tomar fotos y desentumir el esqueleto.

Una excelente ruta y compañía que detallo nuevamente, para quienes desearan mayor claridad y precisión en caso de organizar otro paseo similar:

México DF a "Carretera federal a Cuernavaca" Libramiento hacia Acapulco - Carretera de cuota hasta desviación a Miacatlán - Grutas de Cacahuamilpa - desviación hacia Ixtapan - Ixtapan de la Sal - federal a Tenancingo - federal a Tianguistenco - La Marquesa - federal o cuota a México DF.

Copio aquí el aviso que en misiva nos envía otro hermano que por nobles causas tampoco pudo reunirse con nosotros y participar de la aventura:

Queridos hermanos,

Pertenezco a la Hermandad de la Pluma: La más peligrosa sin ser dañina; cruel, sin ser malvada; violenta, a fuerza de dulzura. Somos los peores: destruimos para crear. Creamos con los elementos del desastre. Aspiramos a ver en el corazón de las tinieblas; la luz nos enceguece, nos mancha y afrenta con su pureza: somos malditos; ángeles caídos que vamos hacia las sombras siguiendo a la Luz-más-bella, y así la expandemos, a pesar nuestro.

Somos el sufrimiento de los hombres, un dolor que, por serlo, preserva la dicha, y así, no la desgasta, no la `consume`. Nuestra divisa es: "Soy aquella fuerza que quiere siempre el mal, pero que está condenada a ser irremediablemente, el bien". Somos los hermanos de la pluma, los hijos del Alá, la orden del hormigón...
Y si creen que desvarío están equivocados, pero tienen razón, y para escucharlos me pongo dispuesto ante el futuro anfitrión: Juan Jacob.

Perdón por no haber dado señales a su invitación de este fin de semana, pero me fui a New York al Mac Alive, como excusa y con la intención de ver gran pintura y comer toneladas de salmon fresco que es mi muerte, pero bebiendo vinos excelsos que siempre resucitan.

Juan Claudio

sábado, 29 de abril de 2006

Moto Club Hormigón "Boletín informativo No. 15"

Con quórum del 100% de siete motos y ocho tripulantes, los asistentes del DF puntuales en el lugar de la cita a las 7:00 am y los de Cuernavaca a las 7:30 inició este sábado 29 de abril de 2006 la vuelta sabatina, conforme a lo planeado minuciosa y detalladamente mediante un mar de correos electrónicos en la semana precedente. No obstante esto, el detalle estuvo en que una y otra comitiva se sentaron “pararon y aburrieron” a esperar en lugares enteramente distintos. Por lo cual la partida a Mali en realidad tuvo lugar hasta las 8:45am. Cagation.

Esta ruta no tiene desperdicio: México - Cuernavaca - Ocuilan - Malinalco - Gran Desayuno - Lagunas de Zempoala - Chelas - México (y anexas). Es la reivindicación de que en el centro del país también hay excelentes rutas por recorrer, siendo esta perfecta en época de lluvias o poco después porque los bosques de pino que la caracterizan en la mayor parte del recorrido están especialmente verdes y frescos. Amanecer en la salida a Cuernavaca Los bellísimos paisajes, comenzando por un sol rojo y espectacular a la salida de la federal a Cuerna, acompañaron a la interminable cadena de curvas sobre excelente asfalto. Esto se vio interrumpido solamente por la similarmente larga cadena de bromas, cotorreo y desorden general que como siempre y por suerte impidió por completo toda conversación seria en todo el transcurso de la jornada.

Con un precioso picnic campestre que tuvo como escenario uno de los mejores restaurantes de Malinalco como parada principal y la visita a la cosa esa religiosa. ¿Cómo se llama?... Convento y pinturas rupestres. ¿Campestres? ¿Frescas? Désas Impresionantemente restauradas por gente con una paciencia bárbara terminó la parada principal ($70c/u) con una o dos otras paradas ocasionadas por el estado de confusión múltiple que caracterizaron a la jornada desde su inicio y pasando a desmembrarse el grupo en Tres Marías, cerrando los rezagados con una cerveza sabor coca-cola y otras de sabores convencionales ­ le dio el Club la bienvenida a Juan Jacob, se celebraron los 60 mil km del Diván y se refrendaron lazos de amistad, camaradería, sano entretenimiento y diversión. Esperamos en una próxima ocasión sea posible terminar mucho menos sanamente, luego de poemas, gritería y general desasosiego hasta todas horas de la noche.

jueves, 27 de abril de 2006

Vuelta a Chiapas - Abril 2006




Carr.


Destino
- Plan



Dí­a

95


Libre
a Cuerna



Dom.
9




Cuota
a Cuautla




160


Izúcar
de Matamoros - Mole en el mercado.




190


Huajuapan
de León - Pernocta en hotelito barato. (Edificio de 6 pisos muy
visible y nuevo. Unos $250 habitación.)




Fed.


Nochixtlán


Lun.
10




Oaxaca
- Visita turí­stica posiblemente a un nuevo museo.




190


salida
al anochecer hacia Tehuantepec, con pernocta en algún hotelito ya fuera de la
ciudad




190


Juchitán
- desayuno



Mar.
11


190


Tuxtla
Gutiérrez






San
Cristóbal de las Casas - Pernocta - San Juan Chamula




307


Comitán
- Comida



Miér.
12


307


Lagunas
de Montebello - admiración




307


Nueva
Matzán - pernocta por aquí­.




307


Pozo
Lacantún




307


Reserva
Chan-Kin



Jue.
13


307


Bonampak



307


Nuevo
Canán




307


Palenque



199


-
pernocta en cabañas próximas a cascada Misol-Ha






Teapa-
pernocta por aquí­.






Pichucalco


Dom.
16




-
pernocta en algún hotelito antes de Villahermosa






Villahermosa


Lun.
17


180


Oculilzapotlán





Paraí­so





Costeando
al oeste: Vicente Guerrero, Puerto Ceiba, El Alacrán, Sánchez Magallanes.
Pernocta donde se vea más bonito el paisaje.






La
Venta



Mar.
18


180D


Cuota
hasta Cosoleacaque




Fed.


Acayucan



180


Dí­az
Covarrubias




180


Catemaco-
pernocta






San
Andrés Tuxtla



Miér.
19




Santiago
Tuxtla






Lerdo
de Tejada






Alvarado





Mandinga-
muy bonitos lugares para quedarse y baratos.




150


SE
hacia La Tinaja




150


Fortí­n


Jue.
19




N
hacia Huatusco






Ruta
corta a Xalapa




140


Perote





Vuelta
al O en Zacatepec




136


-
pernocta en hotelito adelante saliendo de Huamantla






Tlaxcala


Vier.
20




San
Martí­n Texmelucan




150D


-
tomando la autopista sin pasar caseta




190


Rí­o
Frio- salir de la autopista a la Federal




190


México
DF



Curvas suaves y amplias; un asfalto liso; espacio para rebasar acompañado de las cuatro estaciones de  Vivaldi y otras piezas más. Ese fue un largo tramo después de Oaxaca y Mitla que parecí­a nunca tener fin. Pasó el dí­a entero antes de llegar a Xalapa, pero otro Xalapa, este Oaxaqueño.

Comencemos por el principio en que Sandy fue quien me despertó a las 5:30 am, pero por estar con la neurosis de tener "todo" listo salimos "apenas" a las 7:30am. Pero sí­ fue bueno encontrar que faltaba un impermeable.

El camino a Cuernavaca sigue siendo un paseo de lo mejor, por el bosque y vistas en la federal, verde pero todaví­a algo seco. Nos tomó un rato encontrar en Tres Marí­as la entrada para motos a la carretera de cuota. Luego, acompañados por un Alejandro Fernández que incluso para su fan en el asiento trasero duró más de lo esperado y pasando luego a su perfecta contraparte Ana Gabriel, pasamos por la idiosincracia de las relaciones amorosas mejicanas y por dos casetas que sumaron $50, evitando muchos topes y alejándonos finalmente del tráfico que se terminó algo después de Cuautla. Los tórridos romances de los primeros y el tránsito nos alcanzaron nuevamente recién a la entrada de Tuxtla.

Ya en esos largos tramos fuimos encontrando la zona de curvas y paisajes más atractivos, pasando Huajuapan. Aunque menos impresionantes que en la época fértil de lluvias, entre la soledad
desértica del camino y un amasijo de árboles encontramos anuncios de quesadillas donde paramos a tomar un descanso. Los mangos verdes que nos regalaron nunca maduraron, pero las quesadillas estuvieron perfectas al igual que el jugo fresco de coca cola y el coco.

Nos quedamos en Tamazulapan, donde desde la azotea de uno de los bonitos y económicos hotelitos pudimos ver el anochecer y también el amanecer. La realidad es que la TV tení­a solamente dos canales, contra el anuncio de la señorita señalando la gran antena parabólica que tal vez permita ver esos dos únicos canales. Pero ¿por qué será que buscáramos tanto canal? Ah, ya; basta considerar lo que transmite Televisa en sus principales canales. Por eso.

El tramo que lleva hasta Oaxaca todaví­a por la federal es especialmente bonito, pero el mercado en que comimos no tanto, aunque con un mole negro era casi imposible errar. La decisión difí­cil era cual de ellos o bien un amarillo de rés o un rojo.

Mitla es menos interesante que Monte Albán al parecer, pero los helados estaban buenos y lo más importante fue ese largo tramo de ahí­ hasta Xalapa. En época de lluvias sin duda deberán sumársele cuatro o cinco puntos a la calificación del paisaje, pero ese  atardecer, las montañas en ileras interminables de grises azulados en distintos tonos, las nubes rojizas era todo ya espectacular. Y el camino sigue siendo la perfección para un interminable y fluido contoneo.

Estaba por acabarse la gasolina cuando paramos en un caserí­o y puestos antes de que fuera a mitad de ninguna parte. Un niño se divertí­a con nosotros que mirábamos los pavorreales y dos venados enjaulados.

Como en todos lados la moto llama mucho la atención, impresiona por sus lí­neas y los aventureros venidos de tan lejos causan sorpresa, interés y distintas ensoñaciones y deseos de aventura. Todos suelen ofrecer recomendaciones y hacer similares preguntas.
Finalmente un amable y serio  señor nos vendió cinco litros de gasolina vieja y seguimos el camino. La noche nos alcanzó y el baño anhelado de agua frí­a era una necesidad imperiosa al llegar a Xalapa. O serí­a un baño de agua caliente, según la preferencia incluso en ese clima de Sandy, algo incompresible para mí.


En la feria hubo un hot cake con cajeta particularmente sabroso. Será porque hací­an ya falta calorí­as. Muchas. Pero también la enorme Tlayuda con queso y frijoles. Por la mañana confirmamos
que ese era el pueblo más ruidoso. Parece que la señora del mercado, también cuando va al baño y deja desatendido su local hace que esto sea anunciado por el altavoz, como todos los demás todo lo demás que venden, hacen o piden. Además de que la música que cada uno pone es para todos en el pueblo tanto de dí­a como por la noche. Sin duda Xalapa le gana al cura de Tamazulapan que seguramente cree que poniendo música clásica para todos desde temprano ayuda a "la cultura".


Encontramos un lugar que nos agradara para desayunar solamente hasta Tehuantepec, donde decidimos explorar sus calles. Siempre es mejor buscar en el pueblo que en los lugares carreteros, generalmente regulares, malos o muy caros. Alguien de esa familia tení­a un gusto particuar por Cuba, juzgando por los carteles, pero también por los paisajes nevados, cosa que se entiende mejor considerando el clima. También paramos un poco en Juchitán, con idea de ver mujeres con grandes vestidos floreados, pero habí­a pocas y más comercios que otra cosa. Ahí­ fue que un compañero motociclista, muy fornido y de aspecto rudo, cuarentón y más impresionante por tener cicatrices de quemadas de cuerpo entero, se bajaba de su custom cuando le pregunté sobre La Ventosa. Inmediatamente me saludó de mano y miró a los ojos, recio y seguro. Dijo que solamente era cuestión de ir despacio, pero la sensación de que se consideraba frente a su par me dejó con algo de incertidumbre. Se trataba de algo fácil de afrontar para "nosotros"...

Así­, a lo húmedo y caluroso hubo que sumarle el sangoloteo del fuerte viento. Que alguien pueda estar en contra de la energí­a eólica como indicaba alguna pinta es difí­cil de entender, considerando la energí­a que a todas luces se le puede ahí­ sacar al
viento. Casi le arranca además del casco la cabeza a Sandy. Obligaba a estar atento a los cambios de dirección, para darles la contra con la motocicleta. Ahí­ el motivo principal de ir lento y copiarle a una moto más chica vista en el camino el mantener las intermitentes encendidas.


Inclinados contra la corriente del aire pasamos los pocos y modernos molinos y finalmente, ya 800km entrados en la travesí­a llegamos al entronque hacia Tuxtla. Y con esa serie de increí­bles curvas llegamos ya a nuestro destino: África.

¿Pensaban que í­bamos a otra parte? La sabana africana se caracteriza por... increíbles árboles (sus semillas seguramente transportadas por fuertes vientos). Enormes amasijos de ramas que salen directamente de la tierra para formar lo que toma el lugar de tronco para sostener muy arriba una planicie de ramas de un verdor que contrasta fuertemente con los tenues cafés, dorados y ocres claros que nos rodean. Otros tienen largas ramas que hacen una red, entre la que se ve el cielo tejido de pequeñas flores y hojas. Otros ramas que se extienden extrañamente hacia los lados, desafiando la gravedad o tal vez más bien a sus raí­ces, mismas que deberán seguramente ser también extensas y horizontales.

Por más que busco sin embargo nunca logro ver las pequeñas reuniones de leones, los elefantes a lo lejos y las manadas de esos horribles Ñu. Así­ que tal vez sí­ es Chiapas.

Recuperándonos de una generalmente adolorida anatomí­a, luego de recorrer unos 400 km por dí­a en los primeros tres sigue el camino hacia Tuxtla Gutiérrez, donde paramos en un Internet a calificar trabajos de una materia en lí­nea: Filosofí­a de la ciencia. (Poper, Kuhn, Lakatos.)

Efectivamente, el conocimiento cientí­fico jamás comprueba nada. Solamente se puede conformar con atacar sistemáticamente una teorí­a y seguirla sosteniendo justamente en la medida que resiste los intentos de falsearla. Entre más general y duradera, potente para predecir y lógica mejor, hasta que la tumbemos. Pero a Poper todaví­a debemos sumarle el hecho de que los cientí­ficos son seres polí­ticos y humanos, persiguiendo sus intereses y nociones a que se aferran y otras linduras, tan lejanas del deseo de algo sólido e irrefutable, permanente y total que tan neciamente buscamos para claramente encontrar que en efecto, no existe. Solamente están las aproximaciones sucesivas a una maraña de conocimientos, sin
embargo muy superiores a todo otro conocimiento.


Pasando de la interesante filosofí­a de la ciencia al moderno, limpio y barato motelito más próximo, descansamos y nos recuperamos para salir la próxima mañana hacia San Cristobal, con una acartonada comida bajo un árbol espectacular en Chiapa de Corso.

Además de los increí­bles paisajes en la subida a la zona montañosa más fresca, el atardecer fue algo realmente especial. Tomamos fotos y ubicamos un hotelito campestre, especialmente agradable, donde platiqué con algunos gringos venidos a perforar pozos para zonas rurales, sin duda religiosos pero que poco manifestaron al respecto. Entre otras curiosidades, los padres vení­an en una camioneta diesel muy nueva que manejaron 3,000 millas de un tirón y uno de los hijos traí­a a su gato, merodeando libre en otra gran camioneta. Mientras tanto Sandy se conectó al canal local de TV, anticipando ahí­ algunos de los lugares a visitar.


Las mañanas fueron comenzando cada vez más tarde, pero tal vez eso fue bueno, porque ese próximo dí­a llegamos justo a tiempo para una colección de fritangas y comida muy tí­pica en la fiesta del siguiente pueblo que pasamos, antes de visitar el pueblo-boutique de San Cristobal, tomar fotos de las casas y arreglos con aserrín de colores en el piso y comer paletas para mitigar el calor.

En el museo de las culturas populares tuvimos un primer vistazo de las distintas ropas que vimos desde la entrada en San Juan Chamula, donde era un dí­a muy especial, tanto de mercado como de reunión de múltiples grupos. Este fue uno de los eventos más importantes del viaje. Si el colorido de las frutas y puestos, junto con las distintas vestimentas y estilos del mercado al aire libre y abierto era ya maravilla, el ordenado despliegue en el patio frente a la iglesia donde ya era imposible tomar fotos mucho más. Por un lado los varones alineados con color blanco y otros en negro. Al centro los mayores, hombres por una parte y mujeres enormes con otra ropa en hileras, encontradas y hablándose ritualmente cara a cara. En los grandes espacios y por separado las mujeres, por grupos. Estandartes y velas enormes, flores, perros, niños. Mirando con detenimiento se podí­a distinguir cada distinta actividad, sin saber bien de que se tratara, pero claramente parte o antesala de algún otro ritual.

Ya dentro de la iglesia, previo pago por la cara de turistas, los mares de veladoras y velas, grupos familiares en rituales y rezos y la falta de un centro y mucho menos un padrecito hacen reconocer, junto con las ileras de
santos en sus muebles todo alrededor que se trata de algo bien distinto a ese catolicismo patriarcal y autoritario, común al resto de los "españoles". Un lí­mite marcado al centro de la iglesia es frontera que los turistas son invitados a respetar, donde Sandy y yo nos sentamos en el piso, para largamente asimilar ese mundo ritual y social tan distinto. Una señora a unos pasos guiaba, seguramente mediante el correspondiente pago a una familia, con todo y bebé de brazos en una serie de actividades que en lo visible resultaron en hileras de velas, restos de las plantas usadas, una coca-cola, agua y tal vez aguardiente y otras cosas frente a ellos y alrededor.


Hubo que levantarnos en un momento dado para permitir a un pequeño equipo limpiar la cantidad de desperdicios que estas actividades dejaban tras de sí­. Los equipos invisibles que pasaban haciendo el aseo de otros desperdicios menos mundanos yo nunca pude percibirlos, pero seguramente también pasaron. Lo que sí­ es que finalmente abandonamos ese lugar de imágenes, magia y ritual para tomar algunas fotos más de los puestos en camino de  la moto que nos esperaba rodeada de niños que alguna cosa nos vendí­an cada uno, insistentemente. En esa caminata uno querí­a mi coca-cola y decidió raptarla y salir corriendo, cuando vio que era el único curso de acción que quedaba. La pobreza es grande y generalizada, pero la planificación familiar evidentemente no.

El camino a Lagos de Montebello fue largo y lleno de rectas, con una parada en Comitán acompañada de
hamburguesas y una pelí­cula muy familiar de irlandeses en el hotel. Ya desde ahí­ se podí­a ver la selva quemada y arrasada, pero nada del ganado para el que supuestamente se llevó a cabo la visible y enorme destrucción. Solamente un corral aquí­ y allá. Muy ocasionalmente dos o tres vacas cebú en alguno de ellos. Lo que sí­ se podí­a distinguir eran los pocos y enormes árboles de la selva que se salvaron, aislados a lo lejos.


La reserva en que se encuentran los lagos es un bellí­simo bosque que recuerda las Lagunas de Zempoala en su mejor época, al final de las lluvias, pero aquí­ multiplicadas las lagunas y lagos en número y colores. Hay más de cincuenta, con solamente unas 12 accesibles por carretera. Paramos, caminamos, tomamos fotos, me metí­ a nadar en una laguna verde y desierta, regresamos al camino y volvimos a parar. Una terracerí­a nos llevó a un par de lagunas interconectadas más elevadas y entre montes ralos y rocosos, pero con igualmente sorprendentes azules y arboladas en sus orillas.
Mucha más carretera llena de rectas nos llevaba hacia Bonampak, rodeando por completo a Chiapas. Paramos en un pueblito de nombre Santo Domingo y una casa de huespedes muy sencilla. $50 la noche lo dice todo, pero era ya tarde y realmente la soledad y obscuridad era absoluta. Solamente luego de mucho rato encontramos en la carretera a una familia caminando hacia su casa. Alrededor era imposible ver una sola luz, por muy distante.

En los tramos de selva realmente conservada el intenso calor cambia súbitamente a un fresco muy agradable. Los sonidos de los pájaros e insectos enriquecen los miles de verdes y grandes árboles que entre el denso follaje se pueden distinguir. Duda uno de hacer una parada, vaya ser que una horda de insectos encuentre lo
suculento de nuestra tierna carne o salte algún jaguar sobre nosotros. Así­ como a quienes encontramos en el camino la aventura en moto les lleva a fantasear, también la selva que nos rodea infunde algo de temor e imaginación. Es realmente algo increí­ble atravesarla, pero una cosa es en moto y otra caminando.

Benemérito, luego de pasar el punto más extremo del territorio nacional poco antes, fue memorable solamente por las aguas frescas que nos vendió un señor muy gordo sentado pegado a sus refrigeradores. Luego de las excelentes aguas frescas y unos tacos un poco adelante llegamos justo a la hora en que cerraban
a Bonampak. Con la recomendación del señor de las aguas frescas, buscamos entonces el camino hacia la cascada de las golondrinas. Estacionamos la moto y pagamos una cuota para acampar, aunque costó trabajo que el muy a la moda enlace Tarahumara de turistas nos llevara al lugar indicado para ello. Caminamos a buen paso con solamente lo necesario para pasar la noche a través de la selva durante al menos una hora y cuarto, contra los cuarenta y cinco minutos prometidos.

La vereda era amplia, pero el hecho es que era realmente y auténticamente la selva, viva y activa. Entre otras cosas pasamos un enorme hormiguero que ocupaba casi todo el camino y bastante más hacia un lado del mismo. Pasaron sobre nosotros volando varios pericos muy ruidosos. Vimos ceibas y otros majestuosos árboles y nos apuramos para llegar a la cascada antes de oscurecer. Ya con un cansancio que bordaba en el desmayo, Sandy con la respiración acelerada y mucho sudor se sentó en el puente sobre el rí­o y frente a la enorme cascada.
Si fueron cinco las golondrinas que llegaron a su guarida a un lado de la cascada al anochecer fueron muchas, pero lo cristalino del agua, los sonidos de las cigarras, grillos y quien sabe que cantidad de otros insectos y muchos pájaros y del agua y los árboles nos acompañaron en el picnic que se hizo posible, al centro del puente de madera y lejos de las hormigas. Es extraño lo bueno que sabí­an esos filetes de arenque sobre galletas, el agua y el refresco. Nos bañamos en la total soledad y aislamiento del centro de la selva, mientras desaparecí­a la luz y tendí­amos la hamaca de campamento entre dos árboles. Vimos las estrellas y luciérnagas y nos acostamos todaví­a con todo el espectáculo a la vista afuera del mosquitero. Un poco más tarde Sandy dijo que ya el miedo lo habí­a dejado atrás. Tal vez. Yo estaba maravillado. Aunque el claro que nos permití­a ver las estrellas era estrecho, hasta dos satélites vimos pasar.
El camino de regreso a la moto por la mañana, ya mucho menos apurado fue oportunidad de ver con detalle los grandes árboles y los pequeños; las enredaderas y los distintos niveles de vegetación. Pero también de que nos picaran más insectos, sin poderlo saber hasta varios dí­as después.
El camino a Bonampak es rehén de una asociación de locales que cobra $70 pesos por persona para obligadamente llevarlo a uno en una destartalada camioneta los 9 km de terracerí­a bastante buena hasta la zona arqueológica. Esta infracción constitucional a nuestro derecho de libre tránsito es el negocio de jóvenes que niegan incluso ser mexicanos. Esperemos que algo de ese dinero llegue a las comunidades, para beneficio de las que supuestamente es.

Ya ubicados en la entrada del sitio propiamente, un niño con la fisonomí­a exacta de las estelas que estamos por ver juega entre otros salidos directamente de las páginas de una revista de antropologí­a. La selva rodea  las pirámides, estelas y pinturas con las que es más fácil imaginarse ese extraño y tan distinto mundo que nos precedió. Desde lo alto se puede ver el mar de vegetación que llega y cubre las bajas montañas lejanas. Los árboles marcan una sombra precisa en el piso verde y se escucha la selva. Habí­a pocos visitantes.
En el calor quemante y ardiente seguimos por las rectas, desviándonos por curiosidad por una terracerí­a para entrar en Guatemala, sin un solo guardia de una u otra nación ni caseta alguna, sino solamente un letrero  indicando donde terminaba un paí­s y comenzaba el otro y una serie de tiendas en palapas con todo tipo de espejitos, cuentas y bisuterí­a o su equivalente.
En un solo retén militar de tantos decidieron sí­ revisar superficialmente el contenido de las maletas. Tal vez porque era el único en que faltaba un militar de más rango, como en los otros donde éste era quien decidí­a y nos daba siempre el paso, aunque sí­ preguntando de donde vení­amos y a donde nos dirigí­amos.
Desde un puente vimos familias enteras refrescándose en el rí­o que nos invitaban, saludándonos en inglés. Seguimos y tomamos la desviación hacia la cascada de Misol Ha, donde nuevamente entré a nadar, mientras  Sandy tomaba fotos y descansaba en el fresco de la sombra del atardecer, antes de seguir hacia Palenque. Con algo de preocupación por la distancia todaví­a restante en lugar de parar para visitar seguimos hasta catazaja, pernoctando antes de visitar Villahermosa y el museo de La Venta.

Tras de algunas caminatas, tortas de cochinita, raspados y otras sencillas y amenas actividades, buscamos en Minatitlán donde quedarnos y nos decidimos por un hotelito carretero, tal vez demasiado próximo a un incendio que nos indicaron primero era simplemente por el calor y los pastos, y luego que era una tuberí­a de Pemex. Con todo, decidimos olvidarnos, asomándonos ocasionalmente para verificar la dirección del humo y descansar. Tení­amos aire acondicionado, agua frí­a, algunas provisiones para cenar y desayunar y ganas de tomarnos un tiempo y pausa.


Sin mucha prisa paramos el siguiente dí­a por un rí­o de Agua Clara para refrescarnos, leer un rato y comer tostadas de jaiba. En Tuxtepec el Hotel Mirador tení­a una bonita vista del gran rí­o y el atardecer, además de aire frí­o y una pelí­cula, En la lí­nea de fuego de Clint Eastwood. Del debate sobre si este es o no buen actor pasamos en la mañana a unos esquimos de fresa que nos enfermaron del estómago. Luego de transitar lo que recordábamos como una bonita carretera pero que en esta ocasión pareció mala y fea por Huautla hasta Teotitlán, nos recetamos unas pastillas con antibióticos y superamos la virtual insolación antes de parar nuevamente en Tehuacán, ya en el último tramo del regreso.

A la entrada de la ciudad por la carretera libre de Puebla, luego de haber tomado un tramo la de cuota hasta Rí­o Frí­o, el atardecer y las vistas de los volcanes con las nubes cargadas de lluvia nos hicieron reconocer que también en zonas más próximas hay paisajes y vistas igualmente bonitas.
Aunque el camino de ida por Oaxaca y las carreteras federales hasta Tehuantepec fueron buena elección, sin duda mucho mejor en época más verde o fresca, creo que el regreso debió incluir Palenque, las cascadas de agua azul y alguna incursión hacia La Realidad, San Quintí­n y la zona de Ocosingo. Regresando enteramente por autopistas ví­a Oaxaca se hubiera hecho más liviano el camino y todo el viaje. También si el circuito fuera enteramente a la inversa. Sin embargo, í­bamos con muy limitado presupuesto. Para doce dí­as de paseo, esta
fue realmente una aventura memorable. Ojalá hubiera sido con más compañí­a. Esperemos otros se apunten en la siguiente travesí­a de este tamaño y espero esta reseña los anime para ello.


miércoles, 22 de marzo de 2006

Vuelta de convalescencia estomacal y puente por Veracruz

Con la idea de alcanzar al primo Lalo y más familia en Córdoba y pasear por la playa en Veracruz salimos Sandy y yo al amanecer hacia Puebla. A las 7am Churubusco y luego Zaragoza estaban medianamente libres de tráfico ese sábado. Ya superado el tránsito en la salida de cuota, nos desviamos en la caseta de Chalco por módicos $13 pesos para tomar la libre. Todo estaba seco, pero aún así los bosques de esa zona son bonitos. Fuimos tomando el paso de las curvas hasta Río Frío en que retomamos la autopista, evitando así tanto casetas como topes y aprovechando además lo mejor de los escenarios. Sí pasamos por una caseta después de Puebla, pero nos salimos luego para tomar el camino hacia Tecamachalco. El objetivo era seguir por la libre hacia Córdoba, pero en Cañada la señora de la fondita en que comimos nos desvió hacia Cd. Serdán. El dolor de panza de Sandy fue motivo de parar ahí para descansar en un hotelito limpio pero sencillo, caminar por el centro y ver el atardecer. Pasamos algunos ratos leyendo sobre filosofía de la ciencia, comiendo “cosas de fácil digestión” y por la mañana también vimos el Pico de Orizaba entre los cerros y bosques desde la azotea.

Luego de un atolito mañanero regresamos hacia Cañada y finalmente tomamos el rumbo hacia Fortín de las Flores. Esa carretera también fue bonita y boscosa. Ya en Cd. Mendoza tomamos brevemente la autopista a Fortín, evitando una cañada muy honda pero probablemente bonita, aunque también tal vez tapada por camiones.

Habiendo ya abandonado la idea de alcanzar a la familia en la costa, decidimos una ruta más corta y nueva hacia Huatusco y Xalapa que resultó ser menos boscosa y más tropical de lo esperado, pero con unos paisajes muy especiales. Rural y poblado pero rústico y sin mucho tránsito, el camino dio vuelta en una gasolinera donde se encontraba la "Y" con la desviación a Xalapa. Algún famoso hotel se encuentra ahí, pero nunca lo vimos.

En Xalapa admiramos las avenidas forradas de grandes árboles y nos acostamos un rato en los jardines del museo de antropología que encontramos cerrado, por ser lunes. Luego de unas muy sabrosas y económicas tortas y paleta de coca-cola, seguimos por el maravilloso asfalto y curvas que suben a Perote, sin duda el más espectacular paisaje y la más maravillosa carretera de este paseo. En esta ocasión no se veía la bruma en la distancia, como en la anterior ni tampoco nos tocaron los colores del atardecer y ni el frío, pero es una zona montañosa, fértil y cultivada, espectacular a cualquier hora.

Seguimos hacia Huamantla, dando vuelta en Zacatepec. Ese tramo es un llano tan plano y ventoso que Sandy se sacudía con cada trailer que pasaba. Aún así paramos a tomar fotos, porque era un paisaje verdaderamente lunar y extraño.

Con el atardecer ya próximo descartamos uno o dos hotelitos, pero finalmente encontramos uno excelente pasando Huamantla, sobre la carretera. Sin duda es lugar de encuentros amorosos breves, nuevo y bonito. Reafirmó lo buenos, bonitos y baratos que pueden ser los moteles, excelentes sitios de pernocta. Además de un baño caliente y algún programa tonto de televisión, platicamos y leímos algo más, despertando sin apuros para salir hacia la ciudad por vía de San Martín Texmelucan, donde paramos a desayunar en un gran centro comercial bastante vacío y nuevo. Aunque picosos, los huevos a la mexicana y rancheros nos dejaron listos para retomar ahí la autopista, abandonándola en Río Frío nuevamente.

Sin muy grandes eventos, pero algunas bonitas fotos y tras de un paseo bastante tranquilo, superamos los dolores de estómago y nos divertimos por las carreteras, con los paisajes y las científicas lecturas preparadas para el camino. Sin duda se extrañó la compañía, pero tal vez en esta ocasión se trató de un paseo de convalecencia estomacal y como tal fue buena elección la ruta y ritmo.

jueves, 16 de marzo de 2006

Reparaciones y ayuda en Internet

Abajo se anota un intercambio sobre una reparación de mi anterior moto, BMW K1100LT 1993.

Otro hilo de un proceso de reparación y apoyo obtenido, pero para una Honda ST1300 2003 en la correspondiente lista de correo de mecánica es el siguiente:
Anoto estos datos porque creo que es importante reconocer como se puede con ayuda de la correspondiente lista de correo y un cuidadoso intercambio resolver cualquier problema de mecánica uno mismo tardándose menos y a menor costo y con la confianza de que luego en el camino tendrá uno la confianza de saber buscarle y resolver problemas mecánicos con mayor facilidad.

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Esta es copia de un correo enviado a la lista de correo de mecánicos y aficionados a talachear sus propias motos - BMW-Tech:

This is a work in progress report for repairs to "The Couch". An LT is truly a comfortable big motorcycle! My friends and previous owner nicknamed mine "The Couch". Some call it "The Living Room". I decided to write this up before further dismantling because I’m still unsure about the problem, writing it up makes it clearer and I’m hoping for some further pointers from you all:

Work done:

1. I removed the lower left hand side of the fairing and the crash/roll bars.

2. Cleaned thoroughly the area around and bellow the intake tubes, butterfly assembly and injectors with spray carburetor cleaner.

3. Arranged and moved stuff far away. Placed a fire extinguisher and a connected and pressurized water hose handy.

4. Sprayed the area this time with engine starter spray. (I discovered this wonderful stuff in England with my first motorbike, old and plagued with troubles. Even so it would start up even in the coldest winter morning with a short spay into the air intake.)

5. Started the engine: Very smooth. No hiccups. No misfires.

6. When it started to lose its smooth running I added more engine starter spray and it evened out again.

7. On close inspection the spray liquid around the intake hoses "seemed" to indicate air leaks, but this was unclear. It could simply be the slight movement of the whole butterfly assembly with the engine running.

8. After a while I let it run and dry up. The smoothness started to become more irregular again, but still no misfires.

9. After more time I finally got a misfire. This time I could see the air clearly hiss out of the base of the injector on the number two cylinder. In fact, the first time it spit some of the remaining starter spray liquid at me. I think I got some in my eye. Bother. Lots of water. Should have used some old glasses or goggles. Nothing serious though. (Don’t use nice new plastic eyeglasses for such work because they can get irretrievably damaged with solvents. Better glass.)

10. Listening carefully it is clear there is a knock inside the engine, simultaneous with the misfire and the air hissing out of the base of the number two piston injector entrance point. (Well, it seems simultaneous to me.)

11. Using a flat tip plain screw driver placed squarely against each injector and with the handle end in my ear I listened for the clicking at each injector. Boy is it loud and clear. However, I could not tell a missing click at the injector when the number two cylinder misfired. The whole process is rather fast, so I’m not sure I’m able to discern the missing click. It may just be missing and I can’t hear it.

12. After first writing up these notes and progress report, I sealed with black silicon the base of the number two cylinder injector entrance point in preparation for a further test before taking out the injectors and maybe the butterfly assembly.

13. Having plugged that spot, number 2 cylinders still misfired and the air now came out the hose at the base of the butterfly assembly at number 2.

Hypothesis I’d love to have second opinions for:

a) First, I can see that with the engine starter spray everything smoothed out, so it seems I’m enriching the mixture.

b) This would seem to indicate clearly that there are one or more entry points around there for this explosive liquid to enter and enrich the mixture.

c) The clearest spot seems to be the base of the number two cylinder injector, where the air hisses out when misfiring. Maybe it’s the only spot. On first writing up these notes I thought "Maybe I should plug it with some silicon or something temporarily, before dismantling everything, in order to test the engine running and possibly rule that out?"

d) But, would this mean the only problem is an inadequate seal at the entrance point for that injector? What do you think the symptoms indicate?

e) Otherwise the rubber intake tubes bellow and maybe also above butterfly assembly would have to be repaired or checked, which is the next step I think. Changing them all would be prohibitively expensive, since each of the eight costs US$75 here.

f) More important: Would the symptoms indicate something further? Maybe if the leak or leaks were there anyway the problem would not be like this and I would actually have to be looking for an intermittent failure in that injector or in the spark for that cylinder or somewhere else.

g) When I sprayed with engine starter everything smoothed out and this would tend to indicate that all leaks have to be found and plugged and that would be the end. But when I plugged one leak at the base of injector 2 the air came out elsewhere, so is it a matter of air leaks or of a very strong other motive that produces them?

Other work previously recommended and which I will undertake next week (because I have agreed to help a cousin out with his bike this weekend:

i. Check the cleanliness and good connections at the ignition amplifier (No. 17 in the ignition system parts diagram).

ii. Remove the fuel rail and injectors, swap one and reconnect to see if the fault follows the swapped injector originally on cylinder 2 to the new cylinder it’s placed at.

iii. For the first time, check out the valve clearances. (If there is need for a shim change the Haynes manual gives a rather grim and complicated perspective without the special BMW tools. But if that’s the case, I’ll have to first read up on the adequate documents on the list web site first.)

[Doing mechanical repairs is fun. It may be clear I read "Zen and the Art of Motorcycle Maintenance" some years ago and took it rather literally. My line of work and research is self-help groups and mutual aid, so this list and doing your own repairs is very much in line with that. But when you’re way up in the sierra of far away places in the depths of little travelled Mexico, it’s a good thing to be able to repair whatever goes wrong yourself. I bet you all agree on that.]

Thanks again to everyone on the list for previous and future help and pointers.

Rolando


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Esta es copia de un correo a la lista BMW-Tech de mecánicos de motos BMW:
Here’s the report back for repairs done after receiving much appreciated and valuable advice and info for my bike’s ailments from the BMW-Tech list:

- Removed gas tank and fuel tubes.
- Changed gas filter with the similar one I use (for a Nissan Tsuru).
- Removed left side panels, injector cables, fixing belts and throttle position switch cable.
- Disengaged and rotated rubber tubes going to butterfly assembly from air filter.
- Disconnected throttle and choke cables.
- Discovered that in order to adjust the idle speed screw for the accelerator cable I don’t need an L shaped screw driver, but rather to simply adjust it with the engine off and the handgrip fully twisted open. (Such a simple thing I could not figure out. Not very smart.)
- Removed fuel rail complete with injectors.
- Disengaged butterfly assembly complete, cleaned it and did not move anything.
- Replaced damaged and leaky tubes under the butterfly assembly with similar diameter and size pieces cut from a fuel tube for some car’s gas tank to filler cap. (I just took one as an example and found an adequate piece of tubing at an auto rubber parts shop.) Cost: US$4.00 against a fortune for the original ones. Used standard metal belts to replace crimp ones. Excellent results: Perfectly air tight now.
- Cleaned the whole area, with care not to do anything to the butterfly assembly.
- Took the injectors to a lab to clean and replaced the rubber seals with standard ones, literally twenty times less expensive than the original ones at the dealer.
- Reassembled everything carefully.
- Never removed the air filter housing.
- Took the bike to check with an exhaust analyzer for a US$2.50 tip and managed now easily to set the CO2 adjustment screw so that the number the guy said indicates fuel not being burned went from 8% to 3%. I think that’s the CO measurement on the analyzer screen. Anyway, the awful gas smell, black carbon and excess fuel use is all gone now. Still, I don’t know if I should strive for less than 3% though.
- All work was done spending one or two hours each morning from next to last Monday to a Friday. Five days of very easily distributed work. Only scratched my hand once.
The only thing I haven’t been able to get right is that throttle position switch. The instructions on the web page document say I should hear a click when the throttle is fully closed and I hear no such click. When I decelerate hard the engine sometimes dyes on me, which is bad. Anyway, will keep trying.

The end result is incredible. The engine is smooth as a sewing machine.

The change for the better is fantastic. Many thanks for advice and help here.

Anyone here in Mexico? Care for a ride from the City to Veracruz and the north of Puebla sierra? (This is preparatory for Easter week around Chiapas.)

Take care. Ride safe.
Dr. Rolando Montaño Fraire
www.rolandomontano.info
www.ayudamutua.org

domingo, 5 de marzo de 2006

Cuatro de visita a Peypoch en las carreras de enduro

Esta reseña como otras se encuentra también perdida en el espacio cibernético, porque mi compu falló y todo mi correo pasado está en el limbo. Anoto la ruta que planeamos y seguimos.
Periférico
IMSS H Traumatología izquierda
Blvd. Del Centro
M de Santiago
San Mateo
Camino Real San Mateo
Av. San Mateo Nopala
Entronque con Libramiento Champa “ La Quebrada”
Camino a Jipilco
Carretera Naucalpan “ Ixtlahuacan“ Jilotzingo
San Luis Ayucan
Santa Marí¬a Mazatla
San Miguel Tecpan
Las Palomas (Los Tachos)
San Isidro del Bosque
San Jerónimo Zacapexco (entronque al N evitando Villa del Carbón)
Chapa de Mota

miércoles, 1 de marzo de 2006

Aventura a Chilpancingo

Singing in the rain, o como convive R con una Vento. La idea que dio origen a este suceso surgió una tarde de domingo en Cuernavaca después de un frugal refrigerio digno de monjes franciscano, más austeros que nosotros. (Sobró como media paella.) En el desempance alguien preguntó así como de casualidad: “¿Conocen el camino a Chilpancingo?” Sí, el de la sierra el que pasa por Tlapa, Chilapa y Tixtla? Comentó que es muy bonito el paisaje; que la carretera ofrece un reto interesante. Alguien mas dijo que hace mucho que no salimos, que ya chole de Taxco, Valle y las grutas yá… etc. etc. A todo esto alguien más puso cara de “los veo pocos y mal armados” y así, después de voltear a verlo y mordernos los labios, pusimos fecha para ir a comer un pozole a Chilpancingo.

Mira nos vamos el jueves, comemos en Chilpancingo en la tarde, nos vamos por la federal a Aca y regresamos el sábado, después de un pescado a la talla. Parecía un buen plan; pero no habíamos tomado en cuenta a Tláloc, a las carreteras mexicanas y a las máquinas chinas.” O sea, el hombre propone y Buda - La mezcla de motos y sus tripulantes no podí¬a ser más diversa. Cada uno tiene una filosofía de viaje muy, pero muy diferente; así que convivir no fue fácil. Para darles una idea del reto, les describo las diferentes almas que nos acompañamos:

Rank tiene como medio de transporte un diván: Es rojo, grande, tiene dos ruedas, grandes maletas (y muchas) y era descrita en su factura como K1100 LT. El sostiene la tesis de que se debe disfrutar tranquilamente y cómodamente” y plasmar en la cámara cada paisaje interesante; que tiene la obligación moral de investigar cada brecha que se le atraviese y de tomarse un descanso, cada vez que el cuerpo se lo pide. Carga con una hamaca y puede dormir en ella solo o acompañado, bajo cualquier clima y en cualquier lugar donde haya dos árboles a una distancia razonable. Eso quiere decir que un día completo puede resultar de peinar 150km ó menos. Usualmente se mueve a una velocidad actualmente definida como Rank 1.0 y que tiene como única desventaja que a esa velocidad se le suben las hormigas a la moto. Eso lo compensa con una innata habilidad para resolver cualquier problema mecánico con cola loca ó un alambre; la posibilidad de relacionarse con cualquier gente en cualquier lugar del mundo y conseguir con un presupuesto espartano alojamiento y comida de buena calidad.

Pei Poch es un catalán indomable, ex-corredor de trial en su tierra y ahora endurero consuetudinario y muy competitivo. Traía una 1150 Adventure, por lo que pasaba literalmente volando sobre topes baches y terracerías, para sentarse a descansar y esperar al resto del grupo. Sus maletas salieron volando frente a el en dos ocasiones y la reparación fue digamos lo mínimo sencilla, pero poco elegante. Los abollones estarán ahí hasta que las maletas sean sustituidas. Me atrevo a pensar que la única razón por la que llegamos juntos al destino final fue que lo asaltó el temor a perderse: No podía creer que eso por lo que circulábamos fuera una carretera digna de figurar en el mapa. Además traía una fuerte infección que lo mantenía con alta temperatura, a pesar de pastillas, chochos y demás remedios, administrados por el resto del grupo y por los diferentes farmacéuticos a lo largo del camino.” O sea, traía un coctel molotov en la panza. Fieles el uno a la otra R y el que esto escribe también nos afanamos, tratando de mantener el paso de Pey Poch, aun a riesgo de perdernos nosotros mismos en algún tope o bache del cual nunca pudiéramos escapar sin escalas, winches o grúas. Mis maletas se mantuvieron en su lugar, no sé si por la diferencia en velocidad con la que sorteábamos los obstáculos Pey Poch y yo; por la innata habilidad de R; por que el sistema de sujeción antiguo es mas eficiente, ó por pura suerte.

El último integrante era una Vento. Sí, como lo oyen, una moto China, leyeron bien. No japonesa, China con 250cc y hecha de fina lámina China calibre 12, con resistente plástico, seguramente reciclado de envase Chino. Chicotes de fuerte alambre Chino. Desde luego, tornillos Chinos y cuidadosamente armada, con fuertes remaches de durable aluminio Chino. En resumen, una Chinadera en toda la extensión de la palabra, solo que para sabotear su asiática intención de irse a un barranco o desarmarse a medio camino, a bordo venia un intrépido e indomable tripulante armado de inagotables reservas de Gafer Tape, paciencia, alambritos recogidos a la vera del camino, cualquier cantidad de Tie Raps y la decisión de llegar al destino y hacer el regreso a bordo de la moto y sin empujarla, pasara lo que pasara.

Al final no fue el último en llegar, solo el mas cansado. El diván llegó minutos mas tarde, navegando parsimoniosamente por los ríos de lodo en que se convirtieron esos caminos para llegar a Chilpancingo.

La ruta: Podemos decir que la autopista a Toluca, comparada con un Auto Bahn en Alemania queda mejor parada que la parte final de esta ruta, aun comparada con una brecha de Saigón o Dakkar. Eso sería en una fresca mañana de primavera, pero en medio de una tormenta de 6 horas, donde 3 de ellas nos la pasamos esperando al diván y a la china cómodamente sentados en una piedra por la que escurría el agua, la cosa empeora. Para colmo, la muy traicionera ruta actuó de mala fe; nos hizo pensar que todo sería un lindo paseo.

Salimos de Cuernavaca rumbo a Cuautla e Izúcar. Éste es un camino bastante insulso y, salvo el pesado tráfico de Cuautla, lo único digno de recordar es el Cañón de Lobos. Desayunamos con un clima perfecto en Izucar: Tlacoyos y jugo fresco de coca cola, eso si del día, recién exprimido y agua para Nescafé que estaba tibia. Me temo que no supimos escoger el mejor lugar, desventajas de llegar antes que Rank y su certera intuición, pero el paisaje era bonito y la gente amable. Ahí empieza una gran carretera, creo que es parte del trazo original de la “panamericana”, la salida a Oaxaca por Huajuapan. Delante nos encontramos con la inocente desviación a la derecha. No sé que mal hado nos llevó a tomar ese destino -debimos seguir de frente. Total, “¿qué le pide un mole negro a un Pozole verde?

Esa noche acabamos todos helados y empapados en un lugar que estaba a punto de ser convertido en discoteca, mediante el procedimiento de arrinconar las mesas y poner unas bocinas monstruosas a todo volumen. Tengo un recuerdo que no logro explicarme, cuando entramos al restaurante-antro no me ha quedado claro porque, si estábamos helados y hambrientos, si estábamos tan cansados que caminábamos como carritos chocones de feria “¿porqué teníamos una sonrisa tan grande en la boca? Sospecho que el diván, la china, R y la Adventure tienen algo que ver.

La única dádiva con la que nos favorecieron los dioses es que la calidad de la comida y los mezcales es la misma en Oaxaca y en Guerrero, lo cual no es una ventaja menor, pues ayuda a soportar hasta las quebradita.

Perdón por la digresión, como les decía, el camino hacia Tlapa era perfecto, cuando de repente empezó a llover. Solo era una ligera llovizna con un cielo abierto y soleado, así que no nos detuvimos a poner impermeables. Craso error. Nunca dejó de llover, hasta que dejamos las motos aparcadas en el hotel. Antes de media hora habíamos corregido el error, pero nos secamos hasta salir de la regadera esa noche. El agua arreciaba cada vez más, y nada nos hubiera mantenido secos. En algunos trechos era muy lodosa, con mucho barro y no se podían ver los hoyos, aunque los topes se podían adivinar, por un cambio en la dirección de la corriente. Para cruzar los pueblos era necesario adivinar por que lado de los camiones íbamos a encontrar menos maltratado el piso, y atrevernos a pasar junto a ellos que peleaban la carretera palmo a palmo y haciendo un oleaje....

Cuando empezamos a subir la sierra le pueden agregar un poco de frío a la ecuación. La compensación que teníamos era el paisaje. Lo podíamos apreciar cada vez que nos deteníamos a esperar al diván ó tratar de reparar alguna nueva avería de la moto china. Es un paisaje extraordinario, en especial una parte que cruza por lo alto de dos valles contiguos, donde el primer escalón está como a 300m a ambos lados de la carretera, con nubes moviéndose abajo y una belleza que duele. Adelante te topas una tentadora desviación a Olinalá y, seguramente, la próxima vez podremos hacerla, ya que no olvidaré revisar el pronóstico del tiempo.

En fin, hermoso viaje, pero no para mediados de agosto. Probablemente en un día claro y sin chinas en 10kms a la redonda se pueda llegar tranquilamente hasta Chilpancingo a buscar hotel y cenar temprano. Nosotros hicimos 13 horas y las sufrimos intensamente. Tan intensamente que la próxima vez que se me antoje un pozole, recuérdenme que en la Tixtleñita, frente al Sam’s de Cuernavaca es excelente, aunque por otro lado eso del mole negro suena bien “¿y si nos vamos a Puerto Escondido por Tlaxiaco y Putla? Saliendo temprano y desayunando rápido en Huajuapan, podemos llegar con luz hasta..."

Eduardo Espinosa

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Si el clima no te permite usar equipo de protección no te permite salir en moto.

2021-02 R1200RT Y se quemó el alternador...

 Pues resulta que regresando del último paseo, el indicador de batería se prendió en amarillo y al rato en rojo. Sin hacer mucho las pruebas...